• Maneras de educar en la igualdad: el lenguaje

  • La igualdad ha cobrado mucha importancia en estos últimos años, te indicamos algunos consejos para educar a tus hijos teniéndola en cuenta

“¡Niños, a comer!”. Martina y Javi apagan la tele y corren a la cocina, donde la mesa ya está preparada. Martina pregunta: “¿Por qué me llamáis niño? Yo soy una chica”. Y comienza el drama. ¿Cómo le explicas a la peque que tiene razón pero que, por cuestiones lingüísticas, siempre se ha optado por masculinizar el lenguaje?

La educación es fundamental para romper con este y otros estereotipos que nos han venido impuestos desde hace décadas. En casa, los padres son el referente principal de los peques y por eso, conviene reflexionar sobre los valores que les transmitimos a lo largo de su infancia: ¿Quién toma las decisiones más relevantes? ¿Cómo se organiza el reparto de tareas entre los miembros de la casa? ¿De qué manera se resuelven los conflictos?

Decálogo para la igualdad

Hablamos de cuestiones que a simple vista parecen fáciles de digerir. Pero aprenderlas, y transmitirlas a las generaciones que nos suceden, conlleva un proceso. Aquí te dejamos un punto de partida en forma de decálogo que te servirá para saber cómo arrancar.

  1. Oir, ver y callar. Los peques adquieren conocimientos en todas partes, no solo en casa. Fíjate en cómo se relaciona con sus amiguito/as y cuáles son las palabras o las expresiones que más utilizan. Observar te ayudará a comprender y a identificar los patrones de comportamiento de tu peque.
  2. Fuera prejuicios. Cuando tus peques afirmen que las mujeres son las que friegan o limpian o que los hombres son los que juegan al fútbol, pregúntale: “¿Por qué?”. En el momento en el que les pides que razonen y descubran que sus declaraciones no tienen fundamento, el prejuicio acaba por autodestruirse.
  3. Generalizar es un error. Cada persona es única e irrepetible, no importa si es hombre o mujer. Todo/as tenemos virtudes, defectos y capacidades propias, y precisamente es eso lo que nos hace diferentes a los demás. En ningún caso nuestro sexo determina qué oportunidades se nos presentan frente a nosotros y de cuales se nos excluye o el tipo de comportamiento que se espera que tengamos.
  4. ¡Todos a ordenar! En las tareas del hogar todo/as deberíamos ser cómplices. Reorganiza quién hace qué, sin excepción, y establece un orden semanal. Piensa que les haces un favor de cara al futuro: algún día se harán mayores y tendrán que valerse por sí mismo/as.
  5. Genera debate. Y cuando decimos “debate”, nos referimos a “diálogo”. Aprovecha las horas de la comida o de la cena familiar para hablar de esos temas que tus peques comentan en el cole o sobre lo que ven en la televisión. Aliéntales a que formen su propio criterio y así fomentar su espíritu crítico.
  6. Respuestas incomodas.Hay temas difíciles de abordar, incluidas aquellas referentes a la sexualidad. En estos casos lo adecuado es normalizar la situación respondiendo a sus preguntas de la manera más natural y clara posible. Dar rodeos no servirá de nada porque tarde o temprano sabrán la verdad, y preferirán saberla por ti que escucharla en el patio del colegio.
  7. Juegos de antaño. ¿Te acuerdas cuando jugabas al escondite o a la gallinita ciega, lo bien que os lo pasábais todo/as junto/as? Recupera esas tradiciones tan divertidas y que no entienden de género.
  8. Los colores, colores son. ¿Quién dijo que el rosa era para las niñas y el azul para los niños? ¿Qué pasa con el resto de los colores? Los colores solo son eso, colores. Llena sus armarios de colores vivos y alegres y muéstrales el poder de la «colorterapia».
  9. Se acabaron los finales de cuento de hadas.El mundo real está muy lejos de asemejarse a los cuentos que tanto leímos de pequeño/as. Ni hablar de príncipes azules y damiselas en apuros: las mujeres luchan y los hombres, a veces, lloran.
  10. El aprendizaje nunca se acaba. Y esto es válido tanto para ello/as como, sobre todo, para nosotros/as. Nunca está de más hacer autocrítica y reflexionar acerca de nuestras actitudes y la de nuestros peques. Todo sea por hacer de este mundo un lugar mejor.

Y tú, ¿hay algún punto que creas que sea necesario introducir en el decálogo? ¿Qué opinas del lenguaje como elemento esencial para educar en la igualdad? 

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