• ¡Se ha pillado los dedos!

Temías que pasara y ha pasado: ¡se ha pillado los dedos!

De poco ha servido andar con mil ojos y repetirle una y otra vez que no metiera la mano junto a las bisagras de la puerta, al final se ha pillado los dedos. Los gritos y lloros se suceden y el caos amenaza con adueñarse de la escena. No queda otra: toca tirar de superpoderes para controlar la situación.

Comprobaciones

No olvides que la punta de los dedos es una parte bastante sensible, así que los quejidos están justificados: le duele y mucho. Antes de tratar de ver nada, intenta calmarle. Lo más probable es que, en medio de su excitación, no te deje ver la mano por temor a que le hagas más daño. Nada más lejos de tu intención, lo sabemos, pero tu hijo o hija no. Así que emplear un tono de voz calmado, palabras suaves, acogerle en tu regazo… vamos, usar todas tus armas, será una muy buena decisión.

Una vez que esté un poquito más tranquilo o tranquila, comprueba cómo tiene los dedos. Si ves alguno con muy mala pinta -doblado o con algún síntoma que haga sospechar una rotura- sal pitando a urgencias. Si no es así,  ponle los dedos debajo del grifo con agua fría para calmar y prevenir que se le inflamen mucho.

Cómo actuar

Si durante el examen has visto alguna herida leve, habrá que curarla con todo el cariño del mundo. Ya sabes que le duele, seguro que aún no ha dejado de quejarse por ello. Un buen truco puede ser contarle una historia para distraerle mientras lo haces. Si ha habido suerte y lo único que presenta es hinchazón en los dedos, bastará con una pomada antiinflamatoria y dosis extra de cariño. Superpoderes de mamás y papás ;).

Controlada la situación y puesto remedio al accidente solo queda prestar atención a la evolución de la uña. Si se ha pillado justo en esa zona, ya sabes cuál es el proceso: se le pondrá negra y se le acabará cayendo. Normalmente es algo que no reviste gravedad, pero si tienes la menor duda visita al pediatra que te dará las indicaciones adecuadas para su cuidado.

¿Te has visto ya en esta situación?, ¿cómo reaccionaste? Esperamos que estas breves indicaciones te sean de ayuda si tu peque llega a pillarse los dedos… aunque, en realidad, lo que más deseamos es que no tengas que ponerlas en práctica.

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