• Aprender a dormir bien

  • Dormir es un hábito que se aprende desde el primer día de vida. En Arnidol te explicamos cómo hacer que tu hijo duerma bien desde bien pequeño.
  • Rutina, perseverancia y paciencia son los ingredientes de la fórmula del éxito.

 

Dormir es un hábito que se aprende desde pequeño, como se aprende a comer bien. En este caso, dormir es un hábito que se puede adquirir prácticamente desde el primer día de vida, aunque sobre todo a partir del tercer mes. La fórmula del éxito es la suma de rutina, paciencia y perseverancia. Sigue estos consejos con esa actitud y lo lograrás:

 

1. Una habitación para dormir. Si tienes un bebé con pocos días de vida, lo primero que debes saber es que no distingue entre la noche y el día, ya que en el útero materno dormía sin horarios preestablecidos. Por ello es necesario enseñarle a relacionar noche, oscuridad y silencio con la hora de dormir. Una manera de hacerlo es evitando que el bebé duerma en otra estancia de la casa que no sea el dormitorio y si, por ejemplo, se queda dormido mientras está en su hamaca en el comedor, no evites los ruidos ni la luz y haz vida normal.
 
2. Rutinas aplicadas con constancia. La repetición da seguridad y crea hábitos, así que establece con tu pareja una rutina específica para ir a dormir y sed perseverantes. Procura que la rutina se haga todos los días de la semana.
 
3. Horarios fijos. Establecer unos horarios inamovibles no solo os ayudará a afianzar las rutinas sino también a aseguraros que el niño duerme las horas necesarias para su edad. No esperes a acostarle cuando le veas exhausto, porque el propio malestar que tendrá hará que esté más nervioso e irascible y le costará más dormir.
 
4. Oscuridad en el cuarto. Acostúmbrale a dormir en la oscuridad desde bebé. Aún es demasiado pequeño para desarrollar miedos nocturnos.
 
5. Sin miedos. Si tu hijo ya experimenta miedos por la noche y eso le impide conciliar el sueño es posible que sea a causa de algún cuento, película o conversación que le haya impresionado. Lo más importante es hacerle ver que te tomas en serio lo que le pasa y no castigarlo ni ridiculizarlo. Lo mejor es escucharle, ayudarle a entender su propio miedo y darle confianza en sí mismo. Si el problema se agrava, acude a un especialista.
 
6. Entorno agradable para dormir. Es importante que el sitio donde duerme tu hijo sea confortable. El colchón debe ser cómodo, el pijama y las mantas tienen que darle calor pero sin exceso, la temperatura de la estancia no debe ser ni muy cálida ni muy fría.
 
7. Actividad durante el día. Si durante el día tu hijo se mantiene activo, dormirá más y mejor durante la noche. Pero evita la actividad física en la hora previa a ir a la cama, porque el ejercicio es estimulante.

 

 

Cuando llora y no quiere dormir ¿le dejo llorar o le consuelo?

Posiblemente esta sea una de las preguntas que más se hacen las madres y que más remordimientos y dudas les causan, sea cual sea su decisión. Cuando se habla de métodos para enseñar a dormir a los niños, hay los que defienden el “dejar llorar” y los que se decantan por el “consuelo al instante”. Los primeros defienden que hay que dejar que el niño se duerma por sí solo y no es necesario intervenir cuando se despierta por la noche y se pone a llorar, porque él mismo volverá a dormirse sin tener a un adulto al lado. En el otro lado están los defensores de la crianza natural (link a la sección ‘Crianza natural’ de la web), que creen que los niños lloran para comunicar una necesidad física o emocional. Así que cuando el niño llora porque no quiere dormir, complacen su demanda de atención.

 

En todo caso, si no sabes qué método seguir, infórmate bien, consulta a algunos especialistas y luego decide con tu pareja en función de lo que os encaje mejor en vuestra forma de ser y de criar a vuestro hijo.

 

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