• ¡Oh no, hoy tocan vacunas!

¿A tu hijo no le gusta que le pongan vacunas? Te contamos cómo aliviarle las molestias.

Las vacunas hacen pasar un mal rato a grandes y pequeños. Ver cómo el pediatra le aplica la vacuna en el muslo a tu pequeño, aunque sea cuestión de segundos, es un suplicio. Ellos lloran en el momento del pinchazo y puede que tengan algunas molestias o efectos secundarios en los próximos días u horas. Las vacunas son necesarias, pero nada agradables.

 

Antes de la visita al médico, explícale a tu hijo que la vacuna que le van a administrar es necesaria para que su salud siga fuerte. Dile que no importa si llora, pero hazle entender que tiene que ser valiente. Y sobre todo, felicítale una vez haya pasado. Después, llévalo a hacer algo que le guste como ir al parque o  a comer fuera.

En el momento de poner la vacuna, un poco de presión en la zona antes de aplicarla puede aliviar. Y, ante todo, mantén la calma y no demuestres nerviosismo. Limítate a seguir las instrucciones del doctor para sujetar la pierna o el brazo que recibirá la inyección.

Una vez en casa, para aliviar el dolor, puedes colocar una tela húmeda y fresca en el lugar del pinchazo. Si el pequeño tuviera unas décimas de fiebre, podrías incluso darle algún medicamento recetado por el pediatra. Los posibles efectos adversos varían según el tipo de vacuna, pero suelen ser leves. Si tienes cualquier duda, consulta con tu médico.

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