- septiembre 22nd, 2017 |
El otoño ya se ha asentado en nuestros días, los días son más cortos y el tiempo nos obliga a ir guardando todo lo relativo al verano: sandalias, pantalones cortos, bañadores… ¿Te suena, verdad?
También trae consigo un montón de cosas nuevas: los libros, el cole, amigos…, pero sobre todo, ¡la ilusión de un curso nuevo! Los adultos en general tenemos la percepción de que el año tiene dos botones de reset y start en septiembre y en enero.
Pero ¡ojo!, no todo cambia. El sol sigue saliendo cada día y, aunque sus rayos no sean tan intensos, debemos seguir tomando precauciones para evitar futuros daños. Es justo en este tiempo, en el que no vamos ni fresquitos ni abrigados, en el que nos exponemos de forma muy directa al sol cuando el fresco de la mañana o la tarde se levanta. ¡Queremos seguir aprovechando al máximo esa sensación!
Superpoderes todo el año
En casa aprovechamos al máximo estos últimos coletazos del sol para que los niños bajen a jugar a la calle con amigos. Aunque siempre tenemos la chaqueta a mano, este sol aún les permite despojarse de estas prendas mientras suben y baja por todas partes.
Sin embargo, esta exposición solar también tiene que estar protegida. Aplicar un protector solar en las partes expuestas debería seguir siendo una tarea en la lista mental diaria que tenemos los padres en la cabeza. Primero fueron las tablas de multiplicar. Luego, la lista mental de cosas que meter en bolso o la cartera. Y ahora, sí ¡lo has adivinado!, la lista mental de todo lo necesario cuando salimos de casa con los pequeños.
Nuestro truco infalible es llevar el protector Arnidol SUN siempre en la mochilita y lo aplicamos, sobre todo, en la cara. Este tipo de protectores son muy fáciles de llevar a cualquier parte y muy ligeros. Además, ahora que no hay que aplicar el producto por todo el cuerpo, es mucho más cómodo el formato en barra o stick.
¿Y si está nublado?
Es otoño y está nublado, ¿les protejo del sol? La respuesta está clara: por supuesto. Aunque esté nublado y no haga mucho calor, los rayos solares siguen filtrándose a través de las nubes e impactando directamente en la piel de nuestros hijos.
Con más o menos ropa encima, la cara de los peques siempre queda expuesta al sol. Además de ser una piel muy sensible, es una de las partes del cuerpo que más sufre con los cambios de temperatura y estación. Los adultos nos hidratamos y cuidamos la cara a diario, la de los peques también debemos hacerlo. :)
LOS SUPERPODERES DE ARNIDOL