• Guardería sí, guardería no

Llevar a tu hijo a la guardería o dejarlo con un canguro. Es uno de los grandes dilemas, después de ¿lactancia materna o lactancia artificial? Y si te decantas por el “sí”, ¿cuándo es el mejor momento? Te contamos pros y contras de la guardería para que la decisión sea sólo tuya.

¿Estás hecha un mar de dudas? ¿Te parece muy pequeño para separarte tantas horas de tu peque pero tienes que ir a trabajar? La guardería es una de las soluciones, aunque no sólo la única. Tiene ventajas e inconvenientes. Los analizamos uno a uno.

¿Cuándo es el mejor momento?

Quizás durante el primer año te parece que tu hijo es todavía muy pequeño para llevarlo a la guardería. Si puedes dejarlo con alguien de la familia o con alguna persona de tu confianza te aseguras que tu bebé estará atendido siempre y además de manera personalizada y en exclusividad. Podrá disfrutar de paseos al parque y ratos al aire libre.

De todos modos, piensa que las guarderías acogen bebés a partir de los 4 meses de edad y ellos raramente se enterarán del cambio en esta época. Están en un momento en el que no extrañan a las personas que los cuidan. Más adelante, el proceso de transición puede ser más duro.

El momento ideal no existe. Tú debes decidir cuándo es el momento.

Socializar con otros niños

En la guardería, tu pequeño conocerá otros niños, se comunicará, aprenderá cosas nuevas y establecerá relaciones diferentes a las paterno-filiales. Es necesario que lo haga más tarde o más temprano.

Además, la guardería es diversión en estado puro. Quizás para ti es un infierno al principio, pero ellos se lo pasan pipa. Es el paraíso del juego: un lugar donde pueden jugar sin límites con otros niños de su tamaño. A través del juego además realizan un intercambio que sentará las bases de aprendizajes posteriores, como el diálogo, los sentimientos o la posesión. En todo momento, un adulto formado seguirá su desarrollo y estará atento ante cualquier problema que pueda surgir.

Virus que veo, virus que quiero

Ya lo dicen, cuando empiezan a ir a la guardería empiezan a coger todo tipo de virus. Se ponen enfermos más a menudo y lo traen a casa, con lo cual vosotros os vais a acabar contagiando también. Pero no te preocupes más de la cuenta. Los niños necesitan pasar por esta fase para que su sistema inmunológico se desarrolle correctamente. Siempre que sean infecciones no graves, claro. Así que prepárate porque durante sus 3 o 4 primeros años de vida, tu hijo va a pasar el 90% de las infecciones que sufrirá en toda su vida. Es la manera que tiene su cuerpo de adaptarse a un mundo lleno de gérmenes con los que tiene que aprender a convivir.

Aprender a compartir

Si decides que no vaya a la guardería durante los primeros años, te aseguras que tu niño tendrá una persona dedicada a él todo el tiempo. No será uno más en un grupo de 20 niños. Ya aprenderá más adelante a compartir los juguetes con otros niños o las primeras nociones de la palabra amistad. O puede hacerlo también en el parque.

Si decides que lo haga ya en la guardería, descubrirá enseguida conductas nuevas para vivir en sociedad. Podrá experimentar sentimientos de pertenencia a un grupo o estar sujeto a unos horarios y unas reglas, que sino deberás empezar a enseñarle tú. En la guardería es un buen momento para descubrir que no es el centro de todo, aunque siga siendo el rey de la casa. Aprenderá a jugar, pero también a pelearse. Como en la vida, también en la guardería, una de cal y otra de arena.

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