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  • ¿Mi hijo tiene sobrepeso infantil?

La solución a la obesidad infantil suele estar en las manos de los padres. Te contamos las claves.

El sobrepeso infantil tiene muchas consecuencias negativas para la salud de los niños, su integración social y el desarrollo de su personalidad. No es bueno para tu hijo y está en tus manos controlarlo. Es muy importante evitar que tu pequeño acumule demasiada grasa corporal. Si crees que engorda más de la cuenta, consulta a tu pediatra. Él te asesorará, lo valorará y, si es necesario, te propondrá una serie de medidas para controlarlo.

Es posible que te haga algunas de las siguientes preguntas:

¿Qué suele comer tu hijo para desayunar?

Igual que pasa con los adultos, el desayuno es una de las comidas más importantes del día también para los niños. Si el de tu hijo es completo no sólo mejorará su rendimiento físico e intelectual, sino que tendrá menos necesidad de comer dulces a lo largo de la mañana.

El desayuno ideal está formado por un vaso de leche o algún otro lácteo, pan o cereales y una pieza de fruta fresca o un zumo natural. Con todos estos ingredientes, estará preparado para afrontar el día con toda la fuerza que necesita.

¿Cómo son sus meriendas?

A media tarde, es recomendable comer algo. Si tu pequeño no toma nada entre la comida del mediodía y la cena llegará hambriento al final del día y acabará comiendo más de la cuenta y sin criterio. La merienda es casi tan importante como el desayuno de media mañana. Es el remedio para llegar a las comidas principales en condiciones.

Para merendar, nada mejor que pan o cereales, combinados con proteína, como queso o jamón york, por ejemplo. La fruta también es otra posibilidad muy válida.  Lo que debes evitar siempre es la bollería industrial o los zumos envasados. No conviene abusar de las grasas saturadas y los azúcares.

Y otro consejo: si puedes conseguir que tu hijo se siente un momento para merendar y lo haga con tranquilidad, mucho mejor. No te preocupes si es una misión imposible normalmente. Es lo habitual.

¿Qué bebidas bebe habitualmente?

Los zumos que encuentras en el supermercado contienen demasiados azúcares y solamente aportan calorías vacías. Intenta que los zumos sean naturales o que tu peque tome fruta directamente.

Lo mismo con las bebidas de cola o los refrescos. No son buenas para la salud de los niños. Abusar de ellas puede llegar a alterar la correcta absorción de calcio y provocar nerviosismo. Déjalas sólo para las ocasiones especiales.

¿Qué actividades hace por las tardes?

Al volver del cole, ¿se desvive por ir a jugar al parque con sus amigos o prefiere ir a casa y pasarse la tarde mirando la tele? Las salidas del colegio ya no son lo que eran. Los juegos callejeros se han substituido por tele, consola y ordenador. De esta manera, no se queman las calorías que se consumen y estas acabarán convirtiéndose en grasa. Es como un círculo vicioso: el cuerpo se vuelve cada vez más perezoso y con cualquier actividad que se haga se acaba gastando menos energía.

En la medida de lo posible, intenta que te ayude en las tareas domésticas, camine cada día o practique algún deporte que le guste. Las acciones cotidianas son las que te ayudarán a prevenir la obesidad de tu pequeño.

Si te preocupa el peso de tu hijo y quieres saber más, no te pierdas el post Lucha contra la obesidad infantil, donde te damos más consejos para prevenirla.

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