• Moratones, ¿por qué no siempre aparecen?

¿Cuántas veces te ha pasado? Has visto cómo tu peque se iba cayendo casi a cámara lenta y  has imaginado, al instante, el super moratón que le iba a salir. “Otro más para la colección” has pensado. Acto seguido, las lágrimas y las quejas por el dolor que tratarás de consolar echando mano de tu batería de superpoderes. Seguro que te suena la historia.

Lo sorprendente es que no a todos los niños y niñas les sale el mismo moratón tras un golpe similar. A algunos, de hecho, ni siquiera les sale. ¿Magia? No, la respuesta es mucho más sencilla y terrenal.

Genética

Lo primero que hay que tener en cuenta es que en esto de la aparición de moratones por golpes hay mucho de genética. Si mamá o papá, o los dos, sois propensos a tenerlos con facilidad, a vuestro peque también le sucederá. Las herencias a veces tienen estas cosas.

Puede que alguna vez te hayas descubierto marcas de golpes que no recuerdas haber recibido, marcas que ni siquiera te duelen. Y es que no siempre que aparece un moratón duele. A veces, sobre todo en esos casos en los que no recuerdas cómo fue, si no fuera por su color oscuro ni siquiera sabrías acerca de su existencia. Con tu pequeño explorador ocurre lo mismo, cuando uno está descubriendo el mundo es difícil no tener “marcas de guerra”.

Cuestión de piel

Que tu hija o hijo tenga la piel clara no significa que sea más propenso a los moratones, sino que cualquier alteración en la piel se le verá más, y antes, que en la de los niños más morenos. ¿No has notado que también se sonroja con mucha facilidad cuando le dices cosas bonitas?

Cada niño es un mundo. Es complicado saber cómo va a reaccionar cada uno de ellos ante el mismo golpe. Una buena dosis de besos y abrazos le ayudará a pasar el susto más rápido :) y para calmar y prevenir la posible inflamación puedes usar Arnidol Gel Stick.

Parecen superpoderes… ¡pero es Arnidol!

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