• ¿Solo telas y papel? No, es el mejor disfraz del mundo

Cuando llega febrero es imposible no pensar cómo tendremos que apañárnoslas para conseguir el mejor disfraz del mundo para nuestros hijos. No se trata del disfraz más caro ni, en muchos casos, el más elaborado, pero sí tiene que ser aquel con el que nuestro hijo o hija se sienta especial ese día.

Un recurso fácil suele ser recurrir a personajes de dibujos animados o ceñirnos a las pautas que nos den en el colegio. Otras veces, los padres tenemos que ser realmente ingeniosos para conseguir que el disfraz que estamos imaginando sea justo eso: lo que imaginamos (y no una copia mala de nuestra imaginación :p)

Un disfraz fácil

No siempre podemos destinar una parte importante del presupuesto familiar a comprar telas dignas de la mismísima Frozen, pero que no cunda el pánico. Podemos hacer sentir especial a nuestros hijos con materiales que tenemos en casa o que son asumibles en cualquier superficie comercial. Aquí te dejamos algunas ideas:

–     Grandes piratas: primero necesitamos una camiseta de rayas, de cualquier color.  Un pantalón a media pierna o un poco remangado, un pañuelo de la cabeza que tengamos por casa o una servilleta grande que podamos utilizar para tapar la cabeza. Pintamos un parche con pintura negra en el ojo y…. ¡al abordaje!

    Dulce medusa: viste a tus pequeños de blanco, de los pies a la cabeza. ¿tienes un paraguas transparente? Pega sobre él tiras de papel blanco (también papel higiénico) de forma que cuelguen del propio paraguas y … ¡tendremos una divertida medusa!

    Los superhéroes siempre triunfan: ¿tenemos en casa algún pantalón de color azul, rojo, rosa, etc? Necesitamos conjuntarlo con una camiseta de igual color. En internet, puedes encontrar logotipos de superhéroes que puedes  imprimir y sobreponer con imperdibles o pegar sobre la ropa. Píntale la cara, sobreponle una parte inferior de un bañador y súmale una capa. ¡Tenemos un superhéroe en casa!

     Pequeños mimos: necesitamos un pantalón negro, del tipo que sea. Una camiseta blanca o de rayas blanca y negra para acompañar con unos tirantes. Si no tenemos tirantes, podemos recurrir a sobreponer dos cintas negras que lo simulen. A continuación, pintamos la cara con ceras de color blanco, los labios rojos y los ojos en negro y… ¡ya estamos listos!

Recuerda que las camisetas grandes de papá, los vestidos que ya no le gustan a mamá, cartulinas y pegamentos o papeles y algodones que tenemos por casa siempre pueden convertirse en un material ideal para empezar a fabricar nuestros disfraces :)

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