• ¿Mi hijo sabe suficiente?

Todo lo que debe saber un niño en sus primeros años de vida.

Cuánto saben los niños es una cuestión que preocupa a muchos padres. Cuando empiezan la escolarización a menudo se produce una especie de carrera de fondo para ver quién consigue que su hijo sea el que más conocimientos y destrezas acumula y poder presumir de ello. Pero la verdad es que es una cuestión que no te debería preocupar ahora mismo, ya que cada niño se desarrolla a su propio ritmo.

Vivimos inmersos en una cultura tan competitiva que corremos el peligro que nuestros hijos en edad preescolar ya se conviertan en trofeos con los que presumir. Pero ojo, la infancia no debe ser ninguna carrera con ganadores ni perdedores. A continuación, en cambio, te contamos todo lo que tu hijo debería saber durante sus primeros años de vida:

  1. Que lo quieren de manera incondicional, en todo momento.
  2. Usar su imaginación. No pasa nada si pinta el cielo de color verde o dibuja animales de 8 patas.
  3. Qué le gusta hacer: pintar, bailar o chutar una pelota.
  4. Que pasar el día al aire libre volando cometas, amasando harina para hacer pan o haciendo pasteles con barro es tan importante como aprender a escribir o sumar. Las letras y los números los aprenderá casi sin darse cuenta. Tiempo al tiempo.

Cada niño aprende a andar, hablar o leer a su propio ritmo y esto no perjudica en absoluto en la manera como lo hará. Lo que más influye en el rendimiento escolar y académico de los niños no son los manuales, ni las escuelas enormes ni lo juguetes caros, sino que cada día los padres y madres dediquen una rato a compartir momentos de juego, lectura o diversión con ellos.

Ser el más inteligente o trabajador no significa ser el más feliz. En muchas ocasiones, cargar a nuestros hijos de actividades puede llenarlos de tensión y preocupaciones.

Lo que más necesita tu hijo ahora mismo es tu compañía. Menos videojuegos, menos internet y menos tele y más dedicación. Deja que te ayude a hacer la cena, aunque tardes el doble y no le obligues a vivir a mil por hora.

Dale un vistazo también a Cómo educar sin gritos y 2 visiones de la crianza natural.

 

 

 

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