• niño pequeño sacando la cabeza del agua, vestido con un gorro y unas gafas
  • 4 razones para apuntar a nuestros hijos a natación

Llevas todo el verano pensando cómo animar a tu hijo o hija a probar nuevos deportes. ¿Serán mejor individuales o colectivos? ¿De contacto? ¿Cuánto tiempo tendrá que dedicarle? Si, un millón de dudas te asaltan y la decisión está a la vuelta de la esquina.

Hoy te acercamos a la natación. Un deporte completo, en el que nadas de forma individual pero las clases son colectivas. Requiere de cierta regularidad, pero con dos horas a la semana será suficiente. Y lo mejor de todo, le será realmente útil.

La Fundación Nacional del Corazón recomienda empezar a tener contacto con el deporte desde los primeros meses de vida. Sin embargo, no recomienda hasta la edad de tres años empezar realmente con su etapa de aprendizaje.

Por qué apuntar a mi hijo a natación

  1. Es un deporte poco lesivo. La natación permite mejorar las condiciones físicas de quienes la practiquen, pero sin impacto. Es decir, el desarrollo de la actividad no requiere de movimientos fuertes o que impacten directamente sobre los músculos y huesos de nuestros hijos. Además, mejora el equilibrio, la coordinación y la resistencia de sus practicantes.
  2. Ayuda a controlar su peso y salud. A menudo nos alarmamos al ver en las noticias el aumento de la obesidad infantil en nuestro país. Sin duda, combatir esta enfermedad con deporte y buenos hábitos alimenticios es un acierto. La natación te ayudará a que tus hijos desgasten ese exceso de calorías, al mismo tiempo que tonifican su cuerpo y entrenan sus músculos. De este modo, tendremos unos hijos sanos y fuertes.
  3. Desarrollo social. Como te comentábamos antes, nadar nadas en soledad. Pero asistir a clases de natación, se hace en equipo. Las clases de natación intercalan los ejercicios más técnicos puros de los estilos del deporte, con otras actividades entre los integrantes de los equipos para mejorar aspectos como la respiración, la coordinación o la resistencia. A través de juegos en equipo, pruebas y retos, tus hijos practicarán deporte y ganarán unos cuantos amigos.
  4. Por seguridad. De esto seguramente te hayas dado cuenta en sus primeros chapuzones. Aprender a nadar no es solo por mejorar la condición física de tus hijos, también es por darles la oportunidad de poner en práctica lo aprendido en playas, ríos y piscinas. Saber nada evitará sustos en estos ambientes, e incluso ahogamientos. Además, también podrá ayudar a otras personas que puedan estar en peligro dentro del agua.

Cada deporte tiene unas ventajas, por lo que lo ideal es practicar al menos dos. No obstante, con todos ellos el principal objetivo es que los niños pasen un rato divertido mientras cuidan su salud. ¿Aún no te has decidido?

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