• ¡Ojo en el parque!

A todos nos encanta ir al parque: a grandes y pequeños. Las caídas y los golpes son inevitables en los niños, pero hay que ir con cuidado para evitar los que son innecesarios. Os damos algunos consejos de seguridad para prevenir accidentes en el parque.

Ir al parque nos permite pasar un rato al aire libre, donde nuestros pequeños pueden jugar, divertirse y conocer otros niños. A los padres, más de lo mismo. Entramos en contacto con la naturaleza y con otros padres que, igual que nosotros, disfrutan viendo como sus hijos se divierten.

Échale un ojo antes

¿Tienes un parque infantil cerca de casa? Estupendo, es una muy buena noticia, pero primero de todo, es importante revisar que las instalaciones se encuentren en perfecto estado. Debes asegurarte de que no haya desperfectos, superficies poco adecuadas o comportamientos imprudentes que pueden amargar la diversión de tus hijos. Vigila que esté bien mantenido y cuidado y asegúrate que no haya bordes astillados.

Cada año, se producen miles de lesiones en parques infantiles por accidentes que se podrían haber evitado con un poco de supervisión. Ya lo dicen, más vale prevenir que curar. Tú puedes hacer que el parque sea un lugar seguro donde tu hijo pueda entretenerse sin peligro alguno. Comprueba los riesgos que hay y simplemente sigue unas normas de seguridad.

La seguridad, ante todo

El rato que paséis en el parque debe ser agradable, tanto para ti como para él. A continuación, te damos algunos consejos que te harán la vida un poco más fácil en el parque:

– Es importante que enseñes a tu hijo a jugar de manera segura. Si conoce las normas para jugar en el parque con otros niños, será menos probable que se lesione. Asegúrate que usa correctamente y de forma prudente las instalaciones.

– ¡No le quites el ojo de encima! Si se cae o se da un golpe, le podrás asistir más rápidamente si lo tienes controlado. La supervisión de tus niños en el parque es imprescindible porque todavía no controlan con exactitud las distancias y no son capaces de prevenir las situaciones de peligro por sí mismos. De hecho, a menudo a los niños mayores les gusta poner a prueba sus capacidades. Tú estás ahí para ponerle límites.

– No te olvides de llevar siempre encima tu Arnidol gel stick. Aplícalo en golpes y convierte de inmediato los llantos de tu pequeño en sonrisas.

– Asegúrate que las zonas de juego están diseñadas para que tú en todo momento puedas ver con claridad qué hace tu hijo.

– Enséñale a respetar a los otros niños: que le quede claro que nada de empujones y menos en superficies elevadas. Por ejemplo, en los toboganes, acostúmbrale a esperar a que haya bajado el último antes de tirarse.

– Tiene que habituarse a evitar los resbalones, fijándose donde pisa y agarrándose bien en las superficies en las que quiera trepar.

– Cuando se un poco más mayor, ayúdale a tomar conciencia de los niños más pequeños y de su vulnerabilidad. Conviene que aprenda a respetarlos y a no atropellarlos.

En cualquier caso, la prevención siempre corresponde a los padres y adultos encargados del cuidado de los más pequeños. El estado y conservación de los parques es vital para asegurar su bienestar, pero lo más importante es su educación para que se familiaricen con el entorno, con los otros niños y tomen conciencia de los riesgos exteriores que existen.

Ahora sí, ¡ya podéis disfrutar con vuestros pequeños en el parque!

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