• Pañales, fuera!

¿Cómo saber cuándo está preparado tu bebé para quitarle el pañal? ¿Cómo hacerlo? Son muchas las preguntas que surgen a la hora de decir adiós a los pañales. Es un proceso largo en el que el pequeño tendrá que aprender a reconocer las señales que le envía su cuerpo y controlar sus impulsos para ir al baño.

 

Preparados, listos, ¡ya!

Entre los dos y tres años, la mayoría de niños ya tienen la madurez suficiente para aprender a ir al baño. Sin embargo, el momento más adecuado dependerá del desarrollo de cada niño: su capacidad de comunicarse, su desarrollo fisiológico, sus habilidades motoras. Si, en cambio, se va a presentar una situación especial, como puede ser el nacimiento de un hermanito, es aconsejable esperar un poco más.

Sobre todo, ten paciencia. Al principio, en especial. Deberás ponerle el orinal muy a menudo, cada hora, e ir alargando el espacio de tiempo progresivamente hasta que entienda que debe avisar cuando tenga ganas de utilizarlo. Cuando lo pida, querrá decir que ya asocia la sensación y le tendrás que dar libertad para que vaya siempre que quiera. Quizás alguna vez todavía se le escape, pero la parte más importante del trabajo ya estará hecha.

 

Nueva etapa, nuevos hábitos

Ante esta nueva situación, debemos crear y enseñarle una serie de normas y hábitos nuevos. Por ejemplo, relacionar la hora de hacer pipí con el rato antes de ir del baño diario o al levantarse por la mañana. Y, más adelante, para que adquiera todavía más autonomía, puedes enseñarle cómo limpiarse. Tú, de todos modos, deberás estar ahí para corregirle cuando no lo haga bien.

Una de las mejores maneras de mostrarle, al inicio, cómo debe hacerlo es que os vea a vosotros. Invítalo a que vaya al váter después de ti. El padre puede ser modelo para los niños y la madre para las niñas.

 

Explícaselo

Hazlo partícipe del proceso en el que es el protagonista principal. Cuéntale que ésta es una nueva aventura para hacerse mayor. De esta manera, hará como los adultos. Debes dejarle claro cuáles serán los beneficios de no llevar pañal: ya no va a estar constantemente mojado, no olerá mal, estará más cómodo, etcétera. Tiene que ser consciente de que , por el momento, usará el pañal sólo de noche y que cuando tenga pipí durante el día debe avisarte o ir directamente al orinal.

 

El mejor ingrediente: el cariño

Cariño, paciencia y perseverancia. Los vas a necesitar si quieres que el niño o niña deje el pañal con éxito. Irá mucho mejor si la atmosfera en la que se mueve es calmada. Tu papel es el de acompañante: observar, enseñarle y rectificarle cuando convenga. Muestra una actitud de optimismo, alegría y seguridad para contagiarlo.

Quizás las primeras veces le cuesta contenerse antes de llegar al baño. No te enfades si tienes que limpiar un pipí en medio del salón. Cuando lo logre, felicítalo. Se sentirá orgulloso y estimulado y se esforzará la próxima vez. La idea es que aprenda a ser cada vez más independiente y confíe en sí mismo. De hecho, la manera cómo le ayudéis marcará la formación de su autoestima. No hay que correr, es importante que vaya a su ritmo.

Este es un proceso totalmente natural. Todos los niños pasan por ello. Así que tómatelo con calma y no te preocupes. Todos lo logran, tarde o temprano.

Sin prisas, pero sin pausas.

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