• Tranquilos, los niños se caen

Los primeros golpes de nuestros hijos casi nos duelen más a nosotros que a ellos mismos, y es que muchas veces los nervios nos juegan una mala pasada. Cuando están aprendiendo a andar o empiezan a jugar ellos solos es muy común que empiecen a sufrir pequeñas caídas y tropiezos que hacen saltar las alarmas en cualquier casa ¡Tranquilos!

No tenemos superpoderes para evitar que los niños se caigan y se hagan daño, pero tenemos súper trucos para hacer que el chichón o el moratón les duela menos:

  1. Lo más importante es no perder la calma. Cuando el niño se cae lo más frecuente es que arranque a llorar, pero no debemos alarmarnos más de lo necesario. El niño confía en nosotros y necesitamos demostrar  que a nuestro lado va a estar protegido.
  2. Observa la zona del golpe. Si se trata de una contusión, pon una bolsa de agua fría o de hielo. No será agradable para él, así que puedes distraerle mostrándole algún juguete o canción…” ¡Nunca falla!
  3. Cuando el niño esté más calmado, y si no se ha hecho herida, puedes echarle Arnidol gel stick en la zona afectada frotando suavemente en movimientos circulares. Como si de un verdadero superpoder se tratara, sentirá alivio y frescor en la zona afecta.

Y si estos trucos fallan, saca tu verdadero superpoder, dale mucho besos, abrazos y mimos. Sabemos que los besos no curan, pero son el método más eficaz para reconfortar a nuestros hijos y la mejor forma de animarlos a perder el miedo a seguir explorando el mundo que les rodea y que tiene tantos secretos por descubrir.

 

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